El edificio del Hostel de Mundo Joven ubicado en la calle República

La historia de nuestro edificio

Construido por el arquitecto XXXXX en el año 1900 alberga 

 

 

 

 

Calle República de Guatemala

La calle de República de Guatemala, vista hacia el oriente desde el cruce con República Argentina en 1978. El edificio de la Academia Lincoln, su vecino de la izquierda y este tramo de la calle desaparecieron poco después, con las excavaciones del Templo Mayor de Tenochtitlan. Al fondo se levanta el actual Palacio de la Autonomía de la UNAM, rematado con una cúpula en la esquina.

Restos pre-hispánicos

Sobre la calle República de Guatemala, en el número 24, detrás de unas tablas de madera que clausuran la puerta, se encuentran los más recientes vestigios de la ciudad lacustre que quedó enterrada. Estaba trazada con canales por donde sus habitantes se transportaban en canoas. Muchos edificios coloniales de tezontle y cantera han sido reconstruidos a lo largo del tiempo, por el hundimiento del piso sobre el que se levantan. El predio se encuentra justo a espaldas de la Catedral Metropolitana. Desde octubre de 2016, el Proyecto de Arqueología Urbana (PAU) del INAH ha estado estudiando aquí lo que se cree es el Gran Tzompantli, el altar donde se empalaban cabezas de guerreros capturados y sacrificados en el Templo Mayor. Este ritual se realizaba a solo unos pasos de lo que hoy es el sagrario de la Catedral, donde por casi cinco siglos los sacerdotes católicos han oficiado sus servicios.

 

El arqueólogo Raúl Barrera, director del proyecto, baja por una escalera de madera. Usa gafas y una camisa de cuadros. Nos guía por el terreno a lo largo de las excavaciones, bajo una casona colonial cuyos últimos habitantes la ocuparon como vecindad. Aún se conservan los barandales originales oxidados y las vigas de madera que sostienen los techos. Cuando en 2015 se hacían remodelaciones a la propiedad fueron hallados varios cráneos. Los dueños solicitaron de inmediato la intervención del INAH. Una primera fase de trabajo inició en octubre de 2016. Se involucraron 12 especialistas entre arqueólogos, antropólogos físicos y restauradores, así como una colaboración con la UNAM. Durante la excavación se hallaron 170 cráneos humanos, entre ellos de mujeres y niños, los cuales se están estudiando y enumerando. “Los nuevos hallazgos ponen en entredicho la hipótesis según la cual sólo hombres cautivos fueron sacrificados para ofrecerlos a Huitzilopochtli”, publicó National Geographic.

—Es un privilegio estar con el pasado directo, los restos de lo que fue el Recinto Sagrado de Tenochtitlán que, según Fray Bernandino de Sahagún, comprendió una serie de construcciones, edificios, torres y templos. Sabemos que están debajo de aquí. Nuestro campo de trabajo abarca 300 metros cuadrados a la redonda. Hacemos salvamento arqueológico y rescate, principalmente —dice el arqueólogo Raúl Barrera.

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